martes, 15 de marzo de 2011

LA HIJA DEL MOLINERO, DE LORD ALFRED TENNYSON.


Son tan grandes sus hechizos,
Es un prodigio tan bello,
Que envidio las arracadas
Que tiemblan ruborizadas,
Y se esconden en sus rizos,
Porque han besado su cuello.

De su talle primoroso
Quisiera ser cinturón,
Y sentir contra mi pecho,
Bien estrecho, bien estrecho,
Ya agitado, ya en reposo
Su adorable corazón.

Y de su seno hechicero
Ser el collar deseara,
Y por suspiros mecido,
Reposar adormecido,
Tan en calma, tan ligero,
Que al dormir... me conservara.

No hay comentarios: