lunes, 4 de abril de 2011

LA FLOR NOCTURNA, DE JOSEPH VON EICHENDORFF.

La noche es un océano en calma,
Goce y pena y lamentos de amor
Se acercan de manera confusa
En la suave marejada.

Los deseos son como las nubes,
Navegan por los espacios aéreos,
¿Quién reconoce en el viento ligero
Si son sueños o pensamientos?

Aunque cierre la boca y el corazón,
Que alegres lloran a las estrellas:
En el abismo mudo del alma
Permanece la suave marejada.

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